Sunday, November 25, 2007

Discurso de posesión del Presidente Constitucional de la República, Evo Morales Aima, 22 de Enero 2006



Gracias:

Para recordar a nuestros antepasados por su intermedio señor presidente del Congreso Nacional, pido un minuto de silencio para Manco Inca, Tupaj Katari, Tupac Amaru, Bartolina Sisa, Zárate Villca, Atihuaiqui Tumpa, Andrés Ibañez, Ché Guevara, Marcelo Quiroga Santa Cruz, Luis Espinal, a muchos de mis hermanos caídos, cocaleros de la zona del trópico de Cochabamba, por los hermanos caídos en la defensa de la dignidad del pueblo alteño, de los mineros, de miles, de millones de seres humanos que han caído en toda América y por ellos presidente pido un minuto de silencio.

¡Gloria a los mártires por la liberación!

Señor presidente del Congreso señor Alvaro García Linera; presidentes Jefes de Estado presentes acá, muchas gracias por su presencia; organismos internacionales; ex presidentes; al Congreso Nacional; a la Corte Suprema de Justicia; a los hermanos y hermanas de los pueblos indígenas de América, muchas gracias por su presencia.

A todo el pueblo boliviano, saludar desde acá, agradecer a la vida por darme la vida, agradecer a mis padres -que en paz descansen-, convencido que siguen conmigo ayudándome; agradecer a Dios, a la Pachamama, por haberme dado esta oportunidad para conducir el país. A todos ellos muchas gracias. Gracias a ellos estoy donde estoy, y gracias al movimiento popular, al movimiento indígena de Bolivia y de América.

Con seguridad estamos en la obligación de hacer una gran reminiscencia sobre el movimiento indígena, sobre la situación de la época colonial, de la época republicana y de la época del neoliberalismo.

Los pueblos indígenas -que son mayoría de la población boliviana-, para la prensa internacional, para que los invitados sepan: de acuerdo al último censo del 2001, el 62.2% de aymaras, de quechuas, de mojeños, de chipayas, de mulatos, de guaraníes. Estos pueblos, históricamente hemos sido marginados, humillados, odiados, despreciados, condenados a la extinción. Esa es nuestra historia; a estos pueblos jamás los reconocieron como seres humanos, siendo que estos pueblos son dueños absolutos de esta noble tierra, de sus recursos naturales.

Esta mañana, esta madrugada, con mucha alegría he visto a algunos hermanos y hermanas cantando en la plaza histórica de Murillo, la Plaza Murillo como también la Plaza San Francisco, cuando hace 40, 50 años no teníamos derecho a entrar a la Plaza San Francisco, a la Plaza Murillo. Hace 40, 50 años no tenían nuestros antepasados el derecho de caminar en las aceras. Esa es nuestra historia, esa nuestra vivencia.

Bolivia parece Sudáfrica. Amenazados, condenados al exterminio estamos acá, estamos presentes. Quiero decirles que todavía hay resabios de esa gente que es enemiga de los pueblos indígenas, queremos vivir en igualdad de condiciones con ellos, y por eso estamos acá para cambiar nuestra historia, este movimiento indígena originario no es concesión de nadie; nadie nos ha regalado, es la conciencia de mi pueblo, de nuestro pueblo.

Quiero decirles, para que sepa la prensa internacional, a los primeros aymaras, quechuas que aprendieron a leer y escribir, les sacaron los ojos, cortaron las manos para que nunca más aprendan a leer, escribir. Hemos sido sometidos, ahora estamos buscando cómo resolver ese problema histórico, no con venganzas, no somos rencorosos.

Y quiero decirles sobre todo a los hermanos indígenas de América concentrados acá en Bolivia: la campaña de 500 años de resistencia indígena- negro- popular no ha sido en vano; la campaña de 500 años de resistencia indígena popular empezada el año 1988, 1989, no ha sido en vano.

Estamos acá para decir, basta a la resistencia. De la resistencia de 500 años a la toma del poder para 500 años, indígenas, obreros, todos los sectores para acabar con esa injusticia, para acabar con esa desigualdad, para acabar sobre todo con la discriminación, opresión donde hemos sido sometidos como aymaras, quechuas, guaraníes.

Respetamos, admiramos muchísimo a todos los sectores, sean profesionales o no profesionales, intelectuales y no intelectuales, empresarios y no empresarios. Todos tenemos derecho a vivir en esta vida, en esta tierra, y este resultado de las elecciones nacionales es, justamente, la combinación de la conciencia social con la capacidad profesional. Ahí pueden ver que el movimiento indígena originario no es excluyente. Ojalá, ojalá, otros señores también aprendan de nosotros.

Yo quiero decirles con mucha sinceridad y con mucha humildad, después de que he visto muchos compañeros de la ciudad, hermanos de la ciudad, profesionales, la clase media, intelectuales, hasta empresarios, que se suman al MAS. Muchas gracias, yo me siento orgulloso de ellos, de nuestra clase media, intelectual, profesional, hasta empresarial, pero también les invito a ustedes que se sientan orgullosos de los pueblos indígenas que es la reserva moral de la humanidad.

Podemos seguir hablando de nuestra historia, podemos seguir recordando como nuestros antepasados lucharon: Tupac Katari para restaurar el Tahuantinsuyo, Simón Bolívar que luchó por esa patria grande, Ché Guevara que luchó por un nuevo mundo en igualdad.

Esa lucha democrática cultural, esta revolución cultural democrática, es parte de la lucha de nuestros antepasados, es la continuidad de la lucha de Tupac Katari; esa lucha y estos resultados son la continuidad de Che Guevara. Estamos ahí hermanas y hermanos de Bolivia y de Latinoamérica; vamos a continuar hasta conseguir esa igualdad en nuestro país, no es importante concentrar el capital en pocas manos para que muchos se mueran de hambre, esas políticas tienen que cambiar pero tienen que cambiar en democracia.

No es posible que algunos sigan buscando como saquear, explotar, marginar. No solo nosotros queremos vivir bien, seguramente algunos tienen derecho a vivir mejor, tienen todo el derecho de vivir mejor, pero sin explotar, sin robar, sin humillar, sin someter a la esclavitud. Eso debe cambiar hermanas y hermanos.

Quiero decirles, a ese movimiento popular, a esa gente andina honesta de las ciudades, especialmente al movimiento indígena originario, para que vean, no estamos solos, ni en los movimientos sociales ni en los gobiernos de América, de Europa de Asia, de Africa, aunque lamentablemente, hasta los últimos días, la guerra sucia, la guerra mentirosa eso no va; eso hay que cambiar, es verdad que duele. En base a la mentira, en base a la calumnia nos quieren humillar.

¿Recuerdan? en marzo del año pasado, en esta Plaza Murillo querían hacer colgar a Evo Morales, querían descuartizar a Evo Morales. Eso no debe ocurrir, eso no puede seguir compañeras y compañeros. Ex presidentes entiendan eso no se hace, no se margina, se lucha; se trabaja para todos y para todas.

No es importante Evo; Evo, no estamos en campaña ya, solo estamos recordando nuestra historia, esa historia negra, esa historia permanente de humillación, esa ofensiva, esas mentiras, de todo nos han dicho. Verdad que duele pero tampoco estamos para seguir llorando por los 500 años; ya no estamos en esa época, estamos en época de triunfo, de alegría, de fiesta. Es por eso, creo que es importante cambiar nuestra historia, cambiar nuestra Bolivia, nuestra Latinoamérica.

Estamos acá en democracia, y quiero que sepan –sobre todo la comunidad internacional–, como nuestro vicepresidente de la República decía en una conferencia: queremos cambiar Bolivia no con bala sino con voto, y esa es la revolución democrática.

¿Y por qué hablamos de cambiar ese estado colonial?, tenemos que acabar con el estado colonial. Imagínense: después de 180 años de la vida democrática republicana recién podemos llegar acá, podemos estar en el Parlamento, podemos estar en la presidencia, en las alcaldías. Antes no teníamos derecho.

Imagínense. El voto universal el año 1952 ha costado sangre. Campesinos mineros levantados en armas para conseguir el voto universal -que no es ninguna concesión de ningún partido-, se organizaron; esa conquista, esa lucha de los pueblos.

Imagínense, recién el 2003 se ha podido conseguir con sangre el Referéndum vinculante para que los pueblos, los bolivianos no solamente tengamos derecho que cada cinco años elijamos con nuestro voto quién será alcalde, quién será el concejal, quién es el presidente, vicepresidente, senador o diputado; que también con nuestro voto decidamos el destino del país, nuestro futuro. Y ese Referéndum vinculante también ha costado sangre.

Ahí estaba el estado colonial, y aún todavía sigue vigente ese estado colonial. Imagínense, no es posible, no es posible que no haya en el Ejército nacional un general Condori, un general Villca, un general Mamani, un general Ayma. No hay todavía, ahí está el estado colonial.

Para cambiar ese estado colonial habrá espacios, debates, diálogos. Estamos en la obligación, como bolivianos, de entendernos para cambiar esta forma de discriminar a los pueblos.

Permanentemente antes se hablaba de la democracia, se lucha por la democracia, se hablaba de pacto por la democracia, pacto por la gobernabilidad. El año 1997 cuando llegué a este Parlamento que he visto personalmente, ningún pacto por la democracia ni por la gobernabilidad, sino los pactos de la corrupción, pacto de cómo sacar plata de dónde y cómo, felizmente había tenido límite y se acabó gracias a la conciencia del pueblo boliviano.

Maniobras más maniobras. La forma de cómo engañar al pueblo, la forma de cómo subastar al pueblo. Nos dejaron un país loteado, un Estado loteado, un país subastado. Yo estoy casi convencido: si hubieran sido inteligentes administradores del Estado, si hubieran querido esta patria, amado esta patria y no como algunos solo quieren a esta patria para saquear y enriquecerse, si realmente hubiera habido gente responsable para manejar amando a esta patria, a su pueblo, Bolivia sería mejor que Suiza.

Suiza, un país desarrollado sin recursos naturales, y Bolivia con semejantes recursos naturales y con semejante pobreza. Eso hay que cambiar, y por eso estamos acá para cambiar juntos estas injusticias, este saqueo permanente a nuestros recursos naturales.

Después de escuchar el informe de las comisiones de transición, he podido ver como el Estado no controla al Estado, sus instituciones. Una dependencia total, como hemos visto en lo económico, un país transnacionalizado. Su pretexto de capitalización solo ha descapitalizado al país. Su pretexto de capitalización, entiendo que hay que importar el capital en vez de exportar el capital. Solo se exporta al capital y sólo se exporta ahora como producto de esas políticas de capitalización, al ser humano. No se gobierna así estimados parlamentarios, no se gobierna así, quienes pasaron por el Palacio de Gobierno y por el Parlamento.

La política significa una ciencia de servicio al pueblo, hay que servir al pueblo no vivir del pueblo, si esa es la política. Hay que vivir para la política y no vivir de la política.

Hermanas y hermanos, nuestras autoridades originarias saben exactamente que cuando uno asume ser autoridad, es para servir al pueblo, y estos temas hay que cambiar pues, y están aquí parlamentarios para servir, si realmente están decididos, a servir los 5 años. Eso quisiéramos, en todo caso hay que tomar ciertas medidas para que el pueblo entienda.

Entiendo que la política es una forma de resolver los problemas económicos del país. Hemos visto, hay mucha gente que seguramente vuelve después de descansar un año, dos años para seguir viviendo de la política. Hay que cambiar y estamos con la participación de ustedes cambiar esos temas.

No es posible se privatice los servicios básicos. No puedo entender cómo los ex gobernantes privaticen los servicios básicos especialmente el agua. El agua es un recurso natural, sin agua no podemos vivir, por tanto el agua no puede ser de negocio privado, desde el momento que es negocio privado se violan los derechos humanos. El agua debe ser de servicio público.

Las luchas por agua, por coca, por gas natural nos han traído acá hermanas y hermanos. Hay que reconocer que esas políticas equivocadas, erradas, interesadas, recursos naturales subastadas, servicios básicos privatizadas . obligó a que haya conciencia del pueblo boliviano. Estamos en la obligación de cambiar estas políticas.

Constitucionalmente es inconstitucional el latifundio. Lamentablemente por intereses de grupos de poder hay latifundio. ¿Como es posible que haya latifundio?, ¿cómo es posible cuando algunos sectores plantean, necesitan 20, 30, 40, 50 hectáreas para criar una vaca, habría que ser una vaca para tener 50 hectáreas?. Eso es parte de un modelo económico.

Hay familias, veamos en Titicaca, en Parotani, le pedimos a nuestro senador por Cochabamba no se duerma, estamos hablando de Parotani, donde ni siquiera familias tienen 5 hectáreas, ni media hectárea, ni cuarta hectárea, ni siquiera tienen cuarta hectárea, pero si el oriente boliviano por vaca hay que dar 50 hectáreas. Eso debemos cambiar, estamos aquí, repito, para cambiar esta injusticia, esta desigualdad.

Estas políticas económicas implementadas por instrucciones externas, por recomendaciones externas, ¿que nos han dejado?: desempleo. Nos dijeron hace unos 10, 15 años, o 20 años que aquí la empresa privada va a resolver los problemas de la corrupción y los problemas del desempleo. Pasan tantos años, más desempleo, más corrupción, que por tanto ese modelo económico no es solución para nuestro país, tal vez en algún país europeo o africano puede ser una solución. En Bolivia el modelo neoliberal no va.

Producto de la aplicación de este modelo neoliberal hemos visto de cerca qué pasa. El Estado gasta para que un joven, sea del campo o la ciudad sea profesional, la familia gasta para que su hijo sea profesional, es profesional, no hay empleo, ese profesional tiene que pensar en Argentina, Estados Unidos o en Europa. Hoy en día se va a Europa ese joven que no encuentra trabajo, sea profesional o no profesional. ¿Cuántos familiares de ustedes están, sino es en Argentina, sino es en Estados Unidos, está en Europa?, ¿cuantos de nuestros vecinos hermanas y hermanos, es el producto de la aplicación del modelo neoliberal?. Esa es la ley de capitalización, esas son políticas de subasta, de saqueo a nuestros recursos naturales.

¿Y a qué van, a Estados Unidos, a Europa o Argentina o a otros países?, lamentablemente - hay que decir la verdad-, van de meseros. Esos profesionales, van a lavar platos. Duele de verdad, repito otra vez, teniendo tantos recursos naturales que la gente abandone nuestro país. Creo aún todavía, tenemos la responsabilidad de cómo saldar ese error social, económico e histórico, que mejor juntos todos podemos cambiar y corregir esos errores implementados por instituciones seguramente extranjeras.

Imagínense, escuelas rurales llamadas seccionales, sin luz. Estamos en el tercer milenio, que me acuerdo donde nací, donde por primera vez he ido a una escuela seccional, hace dos años ha llegado la luz, pero en otras escuelas seccionales como Acunami, Chivo, Rosapata, Arcorcaya, todavía no hay luz. ¿Como será en otras comunidades?, no hay camino carretero, el profesor tiene que caminar horas y días para llegar a la escuela seccional. ¿Qué han hecho esos gobernantes?, ¿Acaso no sienten lo que sufren las mayorías nacionales, los niños?. En vez de juntar plata en los bancos, en vez de ahorrar plata en Estados Unidos, en Europa o en Suiza, ¿por qué esa plata no ha invertido en su país, si son solidarios?.

Imagínense ustedes, en el campo sobre todo, la mayor parte de los niños muere y muy pocos se salvan de esa muerte. Estos temas quisiéramos solucionarlos, no solamente con la participación de los bolivianos, sino también de la cooperación internacional. Resolver, no para Evo; no estoy pidiendo participación de la comunidad internacional para Evo sino para el pueblo boliviano.

Y quisiéramos de verdad, de verdad, que haya una conciencia no solo nacional sino internacional. Seguramente algunos países también tienen que ponerse la mano al pecho para pensar en las mayorías no solo bolivianas sino latinoamericanas.

Es verdad que va a ser importante. ¿Cómo buscar mecanismos que permita reparar los daños de 500 años de saqueo a nuestros recursos naturales? será otra tarea que vamos a implementar en nuestro gobierno.

Por esa clase de injusticias nace este llamado instrumento político por la soberanía, un instrumento político del pueblo, un instrumento político de la liberación, un instrumento político para buscar la igualdad, la justicia, un instrumento político como el Movimiento Al Socialismo, que busca vivir, paz con justicia social, esa llamada unidad en la diversidad.

Tantas marchas, huelgas, bloqueo de caminos, pidiendo salud, educación, empleo, respeto a nuestros recursos naturales, que nunca han querido entender.

Como no podemos resolver sindicalmente el movimiento campesino boliviano se atrevió a resolver políticamente, electoralmente, es el Movimiento Al Socialismo, es el instrumento político por la soberanía de los pueblos.

Para información de la comunidad internacional este movimiento no nace de un grupo de politólogos. Este instrumento político, el Movimiento Al Socialismo no nace de un grupo de profesionales. Aquí están nuestros compañeros dirigentes de la Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia, de los compañeros de CONAMAQ, ( se refiere al Consejo Nacional de Marcas y Ayllus del Qullasuyu)de los compañeros de la Federación Nacional de Mujeres Bartolina Sisa, la Confederación Sindical de Colonizadores de Bolivia, estas tres, cuatro fuerzas, algunos hermanos indígenas del Oriente boliviano, el año 1995 empezamos a construir un instrumento político de liberación. Frente a tantos problemas, nos hemos preguntado cuándo se iban a cumplir tantos convenios que firmamos gracias al poder sindical, al poder de la lucha, de la fuerza comunal, que sólo los acuerdos se acababan en papeles.

Debemos tener toneladas de acuerdos firmados en papeles, que nunca han resuelto nuestros problemas, nunca han podido entendernos, y dijimos: hay que pasar de las protestas a las propuestas. Nosotros mismos nos gobernaremos como mayoría nacionales. Ahí felizmente encontramos gente consciente, sana, de las ciudades, profesionales que se suman y el compañero Alvaro García Linera es uno de los intelectuales profesionales de la clase media de la ciudad que se suma para apoyar al movimiento indígena originario. Mi respeto, mi admiración al hermano Linera.

¿Que hizo el instrumento político?, solo ha puesto en balanza, como decía el compañero Santos Ramírez, que viene de una comunidad, profesor rural, quechua neto, pasando por la lucha sindical, por la Confederación de Maestros Rurales de Bolivia, y con mucho orgullo los quechuas deben sentirse orgullosos, un quechua presidente de la Cámara de Senadores, gracias al voto del pueblo, gracias a esa gente que se sumó.

Y nos decía, como profesor muy didáctico, que hemos puesto en la balanza dos poderes: el poder de la conciencia y el poder económico de la prebenda. Para que sepan las instituciones internacionales, la prensa internacional: el poder de la conciencia ganó las elecciones nacionales y el MAS es el instrumento político.

Y no solamente un triunfo con simple mayoría. Imagínense, del 100% de inscritos para participar en estas elecciones nacionales, 84% va a las urnas, creo que ni siquiera en Estados Unidos hay esta clase de participación. Esa es la vocación democrática del pueblo boliviano.

Inclusive también quiero decirles, pese a la depuración injusta, ilegal depuración que aplicaron desde la Corte Nacional Electoral, señores miembros de la Corte Nacional Electoral, no traten de llevar a un crimen a la democracia. No se hace eso. Acá se trata de fortalecer a la democracia, hay tantos documentos que siguen llegando de como ilegalmente se ha depurado. No importa, pese a esas depuraciones el pueblo boliviano ha demostrado que hay una vocación democrática para cambiar en democracia la situación económica, social de nuestro país.

Quiero reconocer a algunos medios de comunicación, profesionales que permanentemente nos recomendaban para aprender, pero también a algunas periodistas mujeres. Permanentemente satanizaron la lucha social, permanentemente la condenaron con mentiras. Estamos sometidos por algunos periodistas y medios de comunicación a un terrorismo mediático, como si fuéramos animales, como si fuéramos salvajes.

Después hablan de seguridad jurídica. Quien no quisiera tener seguridad jurídica, todos apostamos para que haya seguridad jurídica, pero para que haya verdadera seguridad jurídica primero tiene que haber seguridad social y eso se logra resolviendo los problemas sociales de nuestro país, y si hablamos de Bolivia, resolviendo el problema económico, el problema de educación, el problema de empleo, fundamentalmente, para que no hayan protestas sociales.

Estimados parlamentarios, hermanos del pueblo boliviano, las elecciones del 18 de diciembre del año pasado, nos han unido a los bolivianos; las elecciones del año pasado han dado esta medida económica en nuestro país.

Estoy muy sorprendido, yo no soy banquero, me he reunido con el sector financiero en La Paz, en Santa Cruz y lo demuestran, hay estabilidad económica, no hay ningún miedo, ni a Evo Morales ni a los movimientos sociales, menos al Movimiento Al Socialismo.

Eran mentiras cuando decían: si Evo es presidente no va haber ayuda económica, si Evo es presidente va haber un bloqueo económico. Quiero agradecer la visita del representante del gobierno de Estados Unidos, señor Shannon. Anoche me visitó a mi humilde vivienda donde vivo en anticrético para expresarme que debe fortalecerse las relaciones bilaterales, para desearnos éxito en nuestro gobierno.

Hablando del gobierno de Estados Unidos, acabando en el gobierno de Cuba de Fidel Castro, tenemos apoyo internacional, hay solidaridad internacional, y dónde está lo que decían: si Evo es presidente no va haber apoyo internacional.

Felizmente el pueblo es sabio. Esa sabiduría del pueblo boliviano hay que reconocerla, hay que respetarla y hay que aplicarla. No se trata de importar políticas económicas o recetas económicas desde arriba o desde afuera, y la comunidad internacional tiene que entender eso: el querer importar políticas a Bolivia y es un error. Las organizaciones sociales, los consejos de amautas que admiro muchísimo, en el Altiplano paceño, esos sindicatos del campo y de la ciudad, esas organizaciones llamadas capitanías en el Oriente boliviano, son el reservorio de conocimientos, el reservorio de conocimientos científicos de la vida para defender a la vida, para salvar a la humanidad. Se trata de coger de esas organizaciones para implementar políticas y no se trata de imponer políticas al servicio de grupos de poder en Bolivia o en el exterior.

Y esos pueblos, dieron la victoria en las elecciones del año pasado. Nuestro gran agradecimiento a quienes pensaron para cambiar nuestra Bolivia.

Al momento de dejar este Congreso como parlamentario, quiero expresar mis malos recuerdos como también buenos recuerdos. Recuerdo cuando llegamos 4 parlamentarios acá: Román, Néstor, Félix, presentábamos proyecto de ley, ¿qué decían?, no hay que aprobar la ley o proyecto de ley de Evo Morales, si aprobamos vamos a potenciar a Evo Morales, como me bloquearon acá los proyectos de ley que traíamos, entendiendo lo que pensaban nuestros compañeros, sin embargo, protestaban permanentemente, Evo bloqueador, cuando desde acá nos enseñaron a bloquear.

Pero solo quiero decirles una cosa, los parlamentarios que no son del MAS, los partidos o las agrupaciones, si apuestan por el cambio, bienvenidos. El MAS no margina, el MAS no excluye a nadie. Juntos desde el Parlamento cambiaremos nuestra historia.

Y quiero pedirles a los parlamentarios del MAS: no aprendamos la mala costumbre de bloquear. Si algún parlamentario de UN, de Podemos, del MNR, traen una ley para su sector o para su región, bienvenida, hay que apoyarla, hay que enseñar como se aprueba esas leyes sin bloquearlas.

Esta mañana un compañero Héctor Arce, nuestro abogado me recordaba, antes de salir acá a esta sesión, y me dice Evo un día como hoy, 22 de enero, te expulsaron del Congreso Nacional.

¿Recuerdan algunos compañeros?, que Evo es asesino, Evo es narcotraficante, Evo es terrorista. Yo dije ese momento, me estarán expulsando pero voy a volver con 30, 40 parlamentarios, si es posible con 70, 80. Lo que dije un día en el 2002 se ha cumplido.

No me arrepiento. Más bien aportaron con esa clase de actitudes para que el pueblo boliviano, el movimiento indígena gane las elecciones del año pasado. Muchas gracias.

Algunos decían en su debate acá para expulsarme: hay que acabar con el radicalismo sindical; ahora nos toca decir, hay que acabar con el radicalismo neoliberal, hermanas y hermanos.

Pero lo vamos a hacer sin expulsar a nadie, no somos vengativos, no somos rencorosos, no vamos a someter a nadie. Acá deben mandar razones, razones por el pueblo, razones por los pobres, razones por los pueblos indígenas que son la mayoría nacional de nuestro país.

No se asusten compañeros parlamentarios electos posesionados de otros partidos que no son del MAS. No haremos lo que ustedes nos ha hecho a nosotros, el odio, el desprecio, la expulsión del Congreso Nacional. No se preocupen, no se pongan nerviosos. Tampoco va haber rodillo parlamentario.

Y también recuerdo acá, cuando decíamos con algunos compañeros, ya después del 2002, con nuestro esfuerzo hemos llegado acá, y decíamos ya llegamos acá al Parlamento, al Congreso Nacional, no porque alguien nos ha ayudado, es la conciencia del pueblo, y decíamos, vamos a seguir avanzando porque ya estamos a un paso de llegar al Palacio. Lo que dijimos eso, se ha cumplido, muchas gracias a todos los pueblos indígenas originarios de Bolivia. No nos equivocamos.

Como parlamento tienen una enorme responsabilidad, como parlamento tienen una tarea de cumplir: el pedido clamoroso del pueblo boliviano, que es la Asamblea Constituyente, una refundación de Bolivia que reclaman los hermanos indígenas de todo el país, el movimiento popular. Todos los sectores, queremos una Asamblea Constituyente de refundación, y no una simple reforma constitucional.

Una Asamblea Constituyente para unir a los bolivianos, una Asamblea Constituyente donde se respete la diversidad. Digo esto porque es verdad que somos diversos.

Decirle al presidente argentino Néstor Kirchner que está presente acá muchas gracias por visitarnos. Hace dos, tres días cuando visitamos Argentina, conversamos bastante algunos temas muy importantes. Gracias por sus recomendaciones señor presidente.

Pero después de mirar largamente al presidente Nestor Kirchner, que habíamos sido iguales, porque le he mirado de cerca, el había sido loro blanco, yo loro moreno. Esa es nuestra diversidad, somos diversos, y queremos que mediante la Asamblea Constituyente vivir esa llamada unidad de la diversidad. Somos diversos, y por eso tengo mucha confianza que esa Asamblea Constituyente va ser un espacio, una instancia que permita unir mejor a los bolivianos.

Paralelamente juntos tenemos que garantizar el Referéndum sobre la autonomía. Queremos autonomía, los pueblos indígenas originarios históricamente, antes de la vida republicana de Bolivia lucharon por la autodeterminación. Autonomía no es invento de nadie, es la lucha de los pueblos indígenas de toda América por esa autodeterminación.

Pero queremos autonomía, autonomía con solidaridad, autonomía con reciprocidad, autonomía donde se redistribuya las riquezas, autonomía para los pueblos indígenas, para las provincias, para las regiones. Buscamos eso, y eso se debe hacer uniendo a Bolivia y eso debe hacerse mediante la Asamblea Constituyente.

Yo estoy convencido; si este nuevo parlamento que es producto de las luchas sociales responde al pueblo boliviano, este parlamento será el ejército de la liberación nacional; este parlamento será el ejército de la lucha por la segunda independencia. Por eso tienen una grande responsabilidad de garantizar las profundas transformaciones, y si no pueden acá, seguirán siendo los movimientos sociales, el movimiento indígena que siga luchando por esa segunda independencia de nuestro país.

Por eso, con mucho respeto, les pido cumplir con ese mandato del pueblo boliviano, con ese Referéndum Autonómico y con esa Asamblea Constituyente. Sueño, ojalá todos soñemos, que el 6 de agosto instalaremos la Asamblea Constituyente en Sucre, capital histórica de la República.

Instalaremos la Asamblea Constituyente con la presencia de muchos gobiernos, de muchos presidentes, anticipadamente les invitamos a instalar nuestra Asamblea Constituyente. Con seguridad muchos gobierno, muchos presidentes nos van ayudar a orientar esa Asamblea Constituyente.

Que bueno sería, con la presencia de la comunidad internacional de los organismos internacionales, de nuestros presidentes presentes y no presentes, realmente refundemos Bolivia, con, como en España dicen, un nuevo pacto social. Tenemos que llegar a eso, eso buscamos mediante la Asamblea Constituyente.

Que de verdad tenemos muchas ganas y muchos deseos de cambiar nuestra Bolivia mediante la Asamblea Constituyente. Yo estoy segurísimo después de que hemos vivido tantos años de confrontación, es importante ahora cambiar esas confrontaciones.

Quiero pedirles a los movimientos sociales, a esas organizaciones sindicales obreras, campesinas, indígenas de la clase media, a las instituciones colegiadas, a todos y a todas, apostar por ese cambio. Apostemos desde ahora para esa Asamblea Constituyente.

Tengo muchos deseos, estimados parlamentarios, congresistas de Bolivia, que lo más antes posible aprobemos la ley de convocatoria para la Asamblea Constituyente y la ley para el Referéndum Autonómico, y esa es nuestra tarea. Ojalá juntos, el poder Legislativo y el poder Ejecutivo combinemos para avanzar hacia adelante, para profundizar la democracia donde todos tengamos derecho, no solamente a votar, sino también a vivir bien, cambiando esas políticas económicas.

Con seguridad el movimiento indígena originario, así como nuestros antepasados soñaron recuperar el territorio y cuando estamos hablando de recuperar el territorio estamos hablando de que todos los recursos naturales pasen a manos del pueblo bolivianos, a manos del Estado boliviano.

Yo estoy segurísimo, hay una gran conciencia del pueblo boliviano para estos cambios. Es verdad que en esta coyuntura necesitamos el apoyo de la comunidad internacional. No quisiéramos un Estado mendigo, -lamentablemente nos han convertido en mendigos-, no quisiéramos que Bolivia, su gobierno, sus equipos económicos vayan a pedir limosna de Estados Unidos, de Europa o de Asia. Quisiera que esto se termine, y para que termine eso estamos en la obligación de nacionalizar nuestros recursos naturales. El nuevo régimen económico de nuestra Bolivia debe ser fundamentalmente los recursos naturales. Eso pasará por la Asamblea Constituyente.

Y no solamente nacionalizar por nacionalizar. Sea el gas natural, petróleo, o mineral o forestal, sino tenemos la obligación de industrializarlos.

¿Cómo es posible?, desde el 6 de agosto del año 1825 ningún recurso natural ha sido industrializado en nuestro país. ¿Cómo es posible que eso sólo haya permitido exportar materia prima?, ¿hasta cuándo Bolivia va seguir siendo exportador de materia prima?,¿ cómo es posible?, esos gobernantes, durante la república nunca han pensado en el país. No se puede creer, no se puede aceptar.

Nuevamente digo, he viajado bastante con muchos temas de carácter social, de la hoja de coca, el tema de la OIT, del derecho de los pueblos indígenas, sobre el neoliberalismo a Suiza. Suiza, pregunto, ¿qué tiene?, no tiene ningún recurso natural, pero vive bien, compran materia prima de los países latinoamericanos industrializan y nos venden a nosotros, y por qué nosotros no podemos vender productos industrializados a Europa o a otros países.

Por eso un desafío , un deseo, una propuesta, todos, sean militantes del MAS o no sean militantes del MAS, si sentimos de esta tierra, de nuestra patria, de nuestra Bolivia, tenemos la obligación de industrializar todos nuestros recursos naturales para salir de la pobreza.

Estoy segurísimo que la participación de nuestros profesionales, de nuestros expertos, convoco a nuestros expertos, a quienes aprendieron, entiendo, son experimentados sobre estos recursos naturales, si todavía no tenemos expertos en temas energéticos pedimos a los países vecinos, países de Europa a ayudarnos a enseñarnos. Estoy entendiendo que parece que no tenemos buenos expertos, tenemos que aprender, tienen que aprender nuestros profesionales, nuestros expertos para industrializar fundamentalmente los recursos naturales como es el gas, el petróleo, y apostaremos a eso recuperando esos recursos naturales.

Hermanos de Bolivia, estimados parlamentarios, a todas las instituciones, a los movimientos sociales, en esta primera etapa vamos a aplicar una fuerte política de austeridad. No es posible que el salario básico sean 450 bolivianos y los parlamentarios ganemos más de 20.000 bolivianos, no es presidente que el presidente gane 27.000, 28.000 bolivianos y el salario básico es 450 bolivianos. Por moral, por nuestro país, tenemos la obligación de rebajar el 50% de nuestro salario.

No es posible que en este parlamento todavía haya ítems fantasmas. Con mucho respeto al compañero Edmundo Novillo presidente de la Cámara de Diputados, no saben ustedes cómo en su infancia ha vivido, gracias a su esfuerzo y su familia es profesional, otro presidente de una de las Cámaras como diputados, un quechua, un abogado además de eso.

Quiero pedirles a los dos presidentes de las Cámaras, una profunda investigación, quiénes malversaron la plata desde las presidencias, cómo se manejaron, esos ítems fantasmas tienen que terminar, tampoco puede seguir esos gastos reservados, solo para robar y para matar. ¿ Cómo es eso, que en un gobierno democrático hayan gastos reservados?. En todo caso va a terminar, y eso está en mi mano. No tengo ningún miedo para eliminar los gastos reservados.

Los parlamentarios de Podemos, del MNR, están aplaudiendo la política de austeridad, muy bien, muchas gracias. Ojalá sea la resolución de este nuevo Congreso.

También quiero decirles estimados congresistas, de cómo cambiar esas políticas sobre la tierra. Quiero decirles que tierras productivas o están produciendo o prestan una función social económica se va respetar, sea 1.000 hectáreas, 2.000 hectáreas, 3.000, o 5.000 hectáreas. Pero esas tierras que solo sirven para acaparar y para negociar eso vamos a revertir al Estado para redistribuir la tierra a la gente que no tiene tierra.

Qué mejor sería, apostaría antes de que se revierta esas tierras, por ley o por decreto, mediante el diálogo, esos que acaparan tierras improductivas que mejor devolver al Estado mediante el diálogo, de esa manera resolver estos problemas de tierras.

No es posible que haya esclavitud en algunos sectores del latifundio. Tienen que ponerse la mano al pecho quienes esclavizan a nuestros hermanos, especialmente en el Oriente boliviano. No creo que sea mentira lo que nos hemos informado por los medios de comunicación, por la prensa. Ojalá no haya esclavitud, ojalá sea mentira lo que dice la prensa, pero si de verdad hay esclavitud, tenemos que terminar con la esclavitud, que esos esclavos sean dueños de esas tierras en el Oriente boliviano.

Cuando hablamos de temas sociales, imagínense, más del 20% de bolivianas y bolivianos son analfabetos. No se puede permitir que siga el analfabetismo. Como dijimos muchas veces, tenemos muchas ganas, tenemos muchos deseos, no solamente con el apoyo nacional sino también con apoyo internacional, de acabar el analfabetismo.

Saludamos pre acuerdos con el gobierno de Cuba, saludamos pre acuerdos con el gobierno de Venezuela, dispuestos para ayudarnos con expertos para acabar con el analfabetismo.

No es posible que haya hermanas y hermanos del campo sin identificación, sin documento personal. En Europa hasta los perros tienen pasaporte, y en nuestro país hay familias, lamentablemente por la ausencia del Estado ni siquiera saben cuando han nacido, cómo ha nacido. Tenemos muchas ganas de que todos y todas las bolivianas y bolivianos tengan documentación, y ahí saludamos la experiencia de Venezuela como empezó a documentar.

Serán políticas inmediatas que debemos hacer para reparar este daño, estas desigualdades en nuestro pueblo.

Perdónenme compañeros, no estoy acostumbrado hablar tanto, no piensen que Fidel o Chávez me están contagiando, estamos en la obligación de decir la verdad sobre nuestra Bolivia, y para no confundirme primera vez preparé una chanchulla, me está fallando la chanchulla, perdón.

Saben, estimados parlamentarios, hermanas y hermanos bolivianos, que de verdad haya seguro social, hay algunas veces que hay que reconocer, yo respeto, valoro el Bonosol, pero no creo que solamente debemos acabar en el Bonosol, cómo de acá a poco tiempo, que mejor lo más antes posible, que nuestras ancianas y ancianos tengan un seguro social universal para todos este beneficio.

Cómo cambiar por ejemplo el tema de salud, y hay que reconocer también que es un paso importante sobre la Ley SUMI. Respetamos, y apoyamos acá además eso, pero esos temas sociales no pueden ser usados en forma político electoral. Felizmente ya acabó la campaña, y queremos decir -y ahí si vamos a necesitar la cooperación internacional- para que en vez de que solo haya hospital de empresas, que hayan hospitales móviles para los pueblos.

Lamento mucho mencionar, que he entendido, y he visto de cerca la tremenda corrupción en Servicio Nacional de Caminos, como otra aduana. Ojalá por moral algunas autoridades de estas instituciones del Estado ya estén renunciando en este momento para que entre nueva gente, para enseñar como se maneja, se administra con honestidad.

Hay empresas que negocian el 15%, el 20%, quincenos, diezmeros, tenemos que terminar con eso, y para eso de verdad, con mucha honestidad, con mucha humildad les pido a los parlamentarios que no son del MAS: ayúdennos juntos acabaremos. Tienen la gran oportunidad de reivindicarse, ustedes los parlamentarios que seguramente tienen todo el derecho de pasar a la oposición, pero ese tema de corrupción lo debemos acabar juntos. Va a haber una profunda investigación sobre el tema de la corrupción.

No es posible que nuestros gobiernos nos hayan llevado al subcampeonato de la corrupción. ¿Cómo es eso, cómo don Jaime?, No puede hacer eso, ¿qué dice la comunidad internacional?, la comunidad internacional dice ojalá gane y me decía todos en coro, rechazan, condenan la corrupción, lamentablemente esa es la situación, pero no es el boliviano de a pie, no es el boliviano quechua, aymara trabajador de la ciudad el corrupto. Sabes qué, he escuchado, he visto, estimados parlamentarios, cuando estuve en Argentina, cuando estuve en Europa, Barcelona sobre todo, el boliviano que va allá a buscar trabajo es considerado trabajador y honrado, inclusive no tiene su documentación de residencia, pero el empresario catalán, o el empresario chino en Argentina, con un empresario argentino si se es boliviano tiene trabajo seguro porque es honesto y trabajador. Eso somos los verdaderos bolivianos.

Y por eso quiero ayuda de ustedes de la comunidad internacional, de erradicar la corrupción, porque no podemos que por cuántas familias, por algunas familias, Bolivia que esté figurando en segundo lugar de la corrupción a nivel latinoamericano o a nivel mundial. Eso tiene que terminar.

Ya empezamos con ese sector de caminos. Ojalá en nuestro gobierno podamos integrar Bolivia con los países vecinos, ese es el pedido del pueblo orureño por ejemplo, camino pavimentado Oruro-Pisiga, gracias a la CAF, a don Enrique García, casi yo diría, tenemos garantizado financiamiento para ese camino Oruro-Pisiga.

Ojalá otros organismos nos ayuden, nos cooperen para conectar Potosí con Villazón. Gracias por la invitación al presidente Kirchner que me invita a inaugurar la construcción del puente La Quiaca Villazón. Pronto estaremos allá, con usted presidente. Ojalá haya que firmar algunos acuerdos para integrar Bolivia con Argentina pero para tener el camino pavimentado desde Potosí, desde La Paz hasta Villazón, todavía no tenemos financiamiento. Queremos que los técnicos nos ayuden a estudiar y proponer.

Ojalá ese ansiado proyecto ya esté ejecutándose hacia Brasil, muchas gracias, antes dirigente, ahora presidente compañero Lula, por enseñarme, por orientarme, y por expresar también su apoyo a nuestro gobierno.

Tenemos muchas ganas de conectar La Paz, Beni con Bolpebra, la frontera Brasil y Perú. Es verdad que no tenemos muchos parlamentarios de Beni y Pando. Les pido a los parlamentarios de Beni y Pando juntarnos todos, están saludando muchas gracias, sin egoísmo, sin individualismo, sin ambiciones de poder o económico. Trabajemos por nuestra región, integremos La Paz con el Oriente boliviano haciendo un buen camino hermanos compañeros de Pando y Beni, ese es mi deseo.

Podemos seguir hablando de muchos temas concernientes al desarrollo del pueblo boliviano, pero fundamentalmente va a ser importante potenciar, fortalecer a las micro y pequeñas empresas.

Felizmente así como el Banco Interamericano de Desarrollo, muchas instituciones, las Naciones Unidas, admiran como acá los micro pequeño empresarios generaron fuentes de trabajo, y por eso vamos a cumplir con nuestro compromiso, de crear un banco de fomento para el desarrollo del pueblo boliviano, apoyar a esas empresas comunitarias, apoyar a esas cooperativas, asociaciones de los micro pequeña empresas.

Después de que he viajado en 10 días a 4 continentes, y visitar unos 8 presidentes, ocho gobiernos, me he dado cuenta que hay mucha solidaridad, mucho apoyo, y quiero decirles tenemos la gran oportunidad de aprovechar esa solidaridad, ese apoyo internacional, y eso no es solamente de responsabilidad de Evo Morales es la responsabilidad de todos nosotros los bolivianos.

Y convocamos para eso, nuevamente quiero decirles a los técnicos, que es importante diseñar políticas de desarrollo económico, social de nuestro país.

También queremos decirles a la comunidad internacional, la droga, la cocaína, el narcotráfico no es la cultura andina amazónica. Lamentablemente este mal nos han importado, y hay que acabar con el narcotráfico, hay que acabar con la cocaína, no habrá coca cero si apostamos por la cocaína cero, narcotráfico cero.

Aprovecho esta oportunidad para decirle al gobierno o al representante del gobierno de Estados Unidos, hacer una alianza, un acuerdo de lucha efectiva contra el narcotráfico, queremos aliarnos en la lucha contra el narcotráfico.

Sabemos y estamos convencidos que el narcotráfico hace mal a la humanidad, pero que la lucha contra el narcotráfico, que la lucha contra las drogas, que la cocaína no sea una excusa para que el gobierno de Estados Unidos domine o someta a nuestros pueblos. Queremos diálogo de verdad sin sometimiento, sin chantajes, sin condicionamientos.

Y por eso desde acá queremos apostar para acabar ese mal de la humanidad, es importante que los productos de las regiones cocaleras y no cocaleras tenga mercado. Yo estoy muy sorprendido, quiero decir a los agropecuarios de Santa Cruz, tengo dos propuestas de dos gobiernos que quieren comprar azúcar, gobiernos de Asia, especialmente, quieren comprar soya, pero me piden un millón de toneladas año, y hay que producir eso para vender soya al Asia y a otros países vecinos.

Valoro, saludo bastante al presidente de Chile, muchas gracias por la visita. Está acá presente el presidente de Chile.

El movimiento indígena originario empieza a ser historia, y la presencia del presidente de Chile es parte de esa historia, para tocar también temas históricos. Tengo mucha confianza en el pueblo chileno, sus organizaciones sociales, la comprensión de ese estado para saldar o reparar ese tema histórico que tenemos pendiente con Chile.

Necesitamos, como dos países vecinos y hermanos, relaciones. Hasta cuando podemos seguir viviendo en enemistad con un país vecino, y la presencia del presidente de Chile Ricardo Lagos obedece y genera una esperanza para el pueblo boliviano, y por eso nuestro saludo al presidente de Chile que está presente acá con nosotros.

El movimiento indígena practica la reciprocidad. Frente a la invitación del presidente de Chile para la transmisión de mando en Chile, estaremos allá presentes, no tenemos ningún miedo, qué el mejor deseo que vamos a pedir es que les vaya bien a los chilenos, fortalecer los lazos de amistad, fortalecer temas comerciales, de esta manera ir resolviendo problemas históricos.

Es importante hermanas y hermanos de Bolivia, organismos internacionales, estimados parlamentarios que hay que refundar la COMIBOL para reactivar la minería en nuestro país.

Es importante que Bolivia nuevamente sea un país minero como ha sido por años, quien sabe por milenios, es importante fortalecer a nuestras cooperativistas mineros presentes acá con sus guardatojos, y esa es nuestra Bolivia, y esa es la bancada del MAS, mineros, obreros, intelectuales, todos unidos para resolver un problema social y económico de nuestro país.

En este proceso de cambio, quiero pedirle a la comunidad internacional sobre la deuda externa. Con seguridad los pueblos indígenas no somos responsables de semejante endeudamiento y sin resultados para los pueblos indígenas, eso no significa desconocer esa deuda externa, pero es importante que también la comunidad internacional vea con responsabilidad con seriedad, y pedimos con todo respeto, condonar esa deuda externa que ha hecho tanto daño y causado dependencia a nuestro país.

Felizmente algunos países, felizmente algunos gobiernos, felizmente algunas instituciones ya han demostrado que van a condonar. Decir a nombre del pueblo boliviano, a nombre de esas organizaciones sociales, muchas gracias por esa condonación de la deuda que debe seguir creciendo de esa manera, condonar si es posible toda la deuda externa.

Es importante desarrollar una economía con soberanía, y queremos aprovechar y decir de frente, valorando algunas propuestas de cómo empresas del Estado pueden ejercer, no solamente el derecho de propiedad sobre los recursos naturales, sino como entrar en la producción. Valoramos bastante la llamada Petroamérica y a los presidentes de Brasil, de Venezuela, de Argentina, les pedimos no nos excluyan de una política energética. Juntos todos debemos resolver este tema energético no para Evo sino para el pueblo y los pueblos latinoamericanos.

Es verdad que Bolivia necesita socios, no dueños de nuestros recursos naturales. En nuestro gobierno con seguridad, como ya han anticipado, habrá inversión pública, quiero decir empresas del Estado, sea en América, sea en Europa, o sea en Asia, también habrá inversión privada, socios del Estado, socios de nuestras empresas. Vamos a garantizar esa inversión pero también garantizaremos que las empresas tienen todo el derecho de recuperar lo que han invertido y tener derecho a la ganancia, solo queremos que esa ganancia sea con principio de equilibrio, que el Estado, el pueblo se beneficie de estos recursos naturales.

Estoy convencido que solo produciendo podemos salir de la pobreza, es importante hacer negocios, buenos negocios para Bolivia. En toda esta gira que hice, gracias por las invitaciones, y he aprendido que el presidente del gobierno tiene que hacer buenos negocios para su país.

Nadie me orientó, me he dado cuenta por esas explicaciones, por ese trabajo que hacen, y por eso es importante discutir, analizar profundamente estas políticas de comercio que están vigentes, sea el ALCA, o sea la CAN, MERCOSUR, el TLC, hay que discutirlas, si son mercados para los micro pequeños empresarios, si hay mercados con los productos que genera o que producen, empresas comunitarias, o asociaciones, o cooperativas, si se garantiza en ese mercado, bienvenido, porque se trata de garantizar evidentemente mercados para los pobres, para esas organizaciones.

Y estamos viendo ahí mucho desprendimiento de algunos gobiernos, de algunas instituciones de garantizar mercados con precios justos en estos países. Queremos vender nuestros productos, acá no es un problema de producción, tal vez algunos productos. Hay producción lo que falta es mercado, aquí no faltan riquezas sobran riquezas, esas riquezas lamentablemente está en manos, en poca gente, por tanto esos recursos, esas riquezas deben volver a manos de los bolivianos.

Estoy convencido, como alguien decía, que en el mundo existen países grandes y países chicos, en el mundo existen países ricos y países pobres, pero en lo que si somos iguales es en nuestros derechos, a ser dignos y soberanos, y sobre todo valoro un mensaje que daban nuestros antepasados, Tupac Yupanqui, que decía: un pueblo que oprime a otro pueblo no puede ser libre. Acá no necesitamos sometimientos, ni condicionamientos, queremos tener relaciones con todo el mundo no solamente con gobiernos sino también con los movimientos sociales, ya lo tenemos, queremos profundizar esas relaciones orientadas a resolver nuestros problemas de los países en democracia, buscando justicia, buscando igualdad. Ese es nuestro gran deseo.

Hermanas y hermanos presentes acá, no presentes en el Congreso, después de recibir ese gran voto en esas elecciones nacionales, muy contento, muy alentado, nunca había pensado estar acá, nunca había soñado ser presidente, muchas gracias al pueblo boliviano.

A los presidentes, son mis hermanos mayores, quiero decirles que no me abandonen en mi gobierno para cambiar mi Bolivia y para resolver los problemas sociales con mucho respeto, con mucha humildad.

De verdad con admiración y respeto, a los representantes del gobierno español, al Príncipe, un saludo especial, un saludo especial sobre todo a la Reina, de verdad quiero decirles he recibido mucha solidaridad de la Reina, claro en este momento en Europa es invierno, ese día que teníamos cita estaba medio resfriado con gripe, la Reina muy solidariamente agarra el teléfono llama a sus médicos y en minutos más ya estaban tabletas para curarme, de Reina a médica de Evo Morales, muchas gracias.

Quiero decirles también a los organismos internacionales, no soy ningún ladrón, quiero decirles que vamos a garantizar la honestidad en mi gobierno, anticipadamente pedir a quienes conformen el gabinete, cero de nepotismo, cero de corrupción será el lema del nuevo gabinete.

Queremos gobernar con esa ley que nos han dejado nuestros antepasados, el ama sua, ama llulla, ama quella, no robar, no mentir, ni ser flojo, esa es nuestra ley.

De verdad quiero decirles a ustedes parlamentarios, quiero decirle al pueblo boliviano desde el Parlamento Nacional, a la comunidad internacional, como primer presidente que vengo de los pueblos indígenas, quiero ser el mejor presidente de los bolivianos y por qué no decirlo de los latinoamericanos.

Y para eso necesito apoyo de ustedes, de todos y de todas, estoy seguro que vamos a contar con ese apoyo, con los aplausos ya han aprobado.

Finalmente, para terminar esta mi intervención, mi respeto fundamentalmente al movimiento indígena originario de Bolivia y de América, a los movimientos sociales, a sus dirigentes que apostaron por este movimiento, a los profesionales e intelectuales que se sumaron oportunamente para cambiar nuestra historia.

Saludar a mi tierra de origen, Orinoca, que me acompaña permanentemente, mi tierra Orinoca, Sur Carangas del departamento de Oruro, que me vió nacer y que me educó para ser honesto, muchas gracias a ese pueblo orureño, al pueblo orinoqueño.

Saludar y agradecer al Sindicato San Francisco Bajo de la zona de la Central Villa 14 de septiembre, la Federación del Trópico, las 6 Federaciones del Trópico de Cochabamba. Cochabamba que es el lugar de mi nacimiento en la lucha sindical y en la lucha política, gracias a los cochabambinos por haberme permitido que yo viva en Cochabamba y aprenda mucho de Cochabamba.

Estas dos tierras me enseñaron sobre la vida, con seguridad ahora será Bolivia que me enseñe a manejar bien.

Cumpliré con mi compromiso, como dice el Sub comandante Marcos, mandar obedeciendo al pueblo, mandaré Bolivia obedeciendo al pueblo boliviano.

Muchísimas gracias.

Friday, November 23, 2007

Eduardo Estrella, político dominicano. Noviembre 22, 2007


"El Estado tiene que ser un facilitador del aparato productivo nacional, no su verdugo"

Publicado en el Diario Libre, 23 Noviembre, 2007

Wednesday, November 21, 2007

Discurso del presidente de la República Dominicana, Dr. Joaquín Balaguer Ricardo ante la 1ra. Cumbre Hispanoamericana de Presidentes


Su Majestad, Juan Carlos I, Rey de España;

Señor Presidente del Gobierno español;

Señor Presidente de México, nuestro ilustre anfitrión en la Primera Cumbre Iberoamericana;

Señores Presidentes ausentes, pero presentes en este hemiciclo, como lo están en nuestros corazones, Carlos Andrés Pérez de Venezuela, Gaviria Trujillo de Colombia, e Ingeniero Fujimori del Perú; colegas, queridos colegas; Amigos y amigas; Representantes de instituciones internacionales, Españoles todos:

La familia ibérica se reúne hoy en Madrid, erigida en capital cultural europea para fortalecer su solidaridad, y para revisar las metas impuestas por su destino común a los pueblos de origen ibérico.

Poca atención merece, a mi juicio, la tormenta declamatoria que se ha elevado en ambos continentes, el nuevo y el viejo, en torno a la supuesta inconveniencia de conmemorar la hazaña histórica del Descubrimiento de América, ridículamente minimizada por quienes dejan de tomar en cuenta la importancia que tuvo aquel acontecimiento, no sólo para un mejor conocimiento del cosmos, sino también para la extensión a un continente hasta entonces desconocido del poderoso acerbo cultural de las grandes naciones occidentales.

Se comienza, en ese vano intento por reducir la importancia histórica del Descubrimiento, con empequeñecer la imagen de Colombia, con desfigurar la personalidad de aquel ser extraordinario de quien se podría decir, como ha dicho Ortega y Gasset de Julio César, que ha sido una de las mayores fantasías de la historia.

Ha sido Alejandro Humbold, quien con más énfasis ha reconocido y proclamado los sueños de Colombia. Y esa opinión adquiere en este instante importancia singular por tratarse de un libre pensador, es decir, de un hombre del siglo XVIII, formado intelectualmente en la Escuela de los enciclopedistas, de los que hicieron posible, no sólo la Revolución Francesa, sino también la implantación en todo el orbe civilizado de instituciones políticas y religiosas más liberales.

Humbold también ha destacado con énfasis el valor científico de las observaciones hechas por Colombia, y las cuales, según el cosmógrafo alemán, han servido de base para la formación de una nueva física terrestre. Esas observaciones, como se sabe, versan sobre las variaciones magnéticas, de tanta importancia para la astronomía naútica, sobre la inflexión de las líneas isotermas, sobre la configuración goegráfica de algunas partes del continente, principalmente la de Las Antillas, y sobre la relación que existe entre la extensión de los mares y la de los continentes.

La importancia del Descubrimiento de América aparece sintetizada en la frase del historiador López de Gómera quien, escribiendo con la naturalidad ingenua de los cronistas primitivos, ha afirmado que la cosa más grande después de la creación del mundo, sacando la encarnación muerta de quien lo crió, ha sido el Descubrimiento de Indias. Pero la importancia de un acontecimiento de esa naturaleza, con tanta incidencia sobre el futuro y sobre el presente de la humanidad, tenía que despertar, como despertó, envidias y recelos en otras naciones igualmente colonizadoras.

La leyenda negra junto a la Conquista y contra la nación, contra España, se inicia con la publicación del libro del abate francés Guillermo Raimal, ha sido con frecuencia calumnioso y con los ataques que no pocos españoles, amotinados contra su propia patria, lanzan contra la conquista y contra la colonización por motivaciones políticas que no honran a nadie. y menos que a nadie a sus autores.

Aceptemos la validez de esas acusaciones, convengamos en que en la conquista de América se unieron la crueldad y la codicia para convertir la más grandiosa de las epopeyas que hasta hoy conocemos en una especie de animal híbrido, mitad hombre y mitad caballo, como el centauro. En este caso, para convertirla en un proceso en que participan, casi en las mismas proporciones, el heroísmo y la barbarie.

Pero yo me pregunto, ¿en qué acción bélica, en qué hecho de guerra, sea cuál sea el siglo, y sea cuál sea la nación que lo realice, no se derrama sangre humana, y no se violenta, por fuerza o por necesidad, el orden natural de las cosas?.

Hoy mismo, a pesar de que nos hallamos apenas a unos cuantos pasos para la apertura del tercer milenio de la era cristiana, ¿no hemos visto en el Medio Oriente, en pleno Golfo Pérsico, temblar la tierra bajo los cascos del caballo de Atila?, y ¿no hemos asistido, varias décadas atrás, en Africa del Sur, con los Boers, a la repetición del abominable espectáculo descrito por tito Livio como las orcas taurinas?

Pero fueron españoles, y españoles de pura cepa, los que mostraron mayor repugnancia ante esta serie de crímenes contra la Humanidad. Fue la Reina Isabel la Católica la primera que se preguntó a sí misma y preguntó a sus asesores eclesiásticos, si tenía o no la facultad de coartar los derechos de los indios, si podía o no imponer a los aborígenes del continente americano una voluntad extraña. Es decir, fueron los propios dirigentes y los propios conductores de aquella sociedad de teólogos de soldados los que se plantearon, como una crisis de conciencia, el problema de la legitimidad o la ilegitimidad de la conquista, el camino a seguir -en una palabra- ante las nuevas situaciones que la presencia de España debía necesariamente promover en las tierras recién descubiertas.

Para apreciar en toda su magnitud la moralidad y la nobleza de esa actitud, hay que tener presente que todo esto sucede en los principios del siglo, en las postrimerías, perdón, en las postrimerías del siglo XV, y a los finales de la siguiente. En esos momentos, España era la nación más poderosa del mundo. Cualquier ciudadano español podía entonces empinarse, por ejemplo, sobre una de las cimas de los Pirineos, para contemplar imaginativamente desde allí, sobre toda la extensión de la tierra, las lanzas victoriosas de un imperio en cuyos dominios no se ponía el sol.

España autorizó, le iva a haber autorizado, naturalmente, excesos durante la conquista. Pero si hubo, durante la conquista, vandalismo, esos vandalismos, esos excesos, si no quedan redimidos, merecen por lo menos ser excusados ante la decisión de la Reina Isabel la Católica y de sus sucesores de proseguir su obra en América, con el objeto, con el único, con el principal objeto de salvar el alma de los indios, ungiéndolos con el crisma romano.

España, en esa ocasión, como en muchas otras, procedió, según la conocida expresión de Shakespeare, como Dios que hiere para salvar a lo que más ama, a sus propias criaturas, y obró como la espada de Aquiles, que según el verso homérico curaba las heridas que ella misma hacia.

El defensor de los indios, el abogado de los aborígenes de América, no fue Erasmo, ni fue Lutero, ni fue ninguno de sus secuaces, fue, por el contrario, un humilde fraile que surgió de la nada para adquirir de repente celebridad mundial, por los gritos que lanzó desde el púlpito para pedir un trato más justo para los indios. Por la pasión, convertida en cólera, en cólera sagrada, con que denunció las demasías de la conquista, y con la vehemencia con que sentó en el banquillo de los acusados a su propia patria, con el pretexto de poner sobre ella la majestad de la justicia.

He mencionado, como obviamente lo habrán advertido los que me escuchan, a Fray Bartolomé de las Casas,

Hubo un segundo fraile, también español, de genio menos violento, pero no menos erguido, quizás de mayor amplitud y de mayor profundidad de alma y de pensamiento, Fray Pérez de Córdova, lo que equivale a decir también montesino, que fue el primero en declarar que los indios eran seres humanos y que sus derechos inmanentes procedían de Dios, y eran, por consiguiente, anteriores y superiores a toda ley escrita.

Hubo un tercer fraile, igualmente español, Francisco de Vitoria, creador prácticamente del Derecho Internacional Público, tal como esa disciplina se concibe y se practica en nuestros tiempos, quien en sus relaciones levantó el primer y el más alto monumento que se haya erigido jamás en honor de la convivencia pacífica y civilizada, que todavía hoy patrocina precariamente en los foros de las Naciones Unidas.

En 1533, cuatro años antes de que el Papa Pablo III expidiera la Encíclica "Sublimis Deus" sobre la legitimidad de la conquista y sobre la evangelización, llegó a Santo Domingo de La Española, en la propia nave imperial de Carlos V, Francisco de Barrionuevo, investido con la representación personal de la más grande y de la más poderosa autoridad de la época, para suscribir con el Cacique Enriquillo un tratado sui generis, en que se reconoce el derecho de los indios a escoger sus propias autoridades y su derecho a vivir y a trabajar sin interferencias extrañas, bajo los cielos nativos.

La pequeña isla de Santo Domingo se convirtió así, gracias a Carlos V y a tres frailes españoles, en el centro de un movimiento ecuménico, que varios siglos después debía culminar con la Declaración por la Revolución Francesa de los Derechos del Hombre, y que, desde un principio, se estructuró sobre la base de que el ser humano, como el primer ente de la creación debía ser el objeto y el fin de toda acción que se emprende en la tierra, para exaltar la sociedad universal, o para dotar a esa sociedad de mejores hombres y de mejores instituciones.

Arturo Arnaiz, citado por el historiador mexicano, José Luis Martínez, en su reciente semblanza sobre Hernán Cortés, afirma que la conquista de México la hicieron los indios, y la independencia los españoles. Ese juicio, falso o no, podría extenderse a toda América, porque nuestro continente ha sido el único en que los conquistados se han fundido para formar una sola masa, física y espiritual, con los conquistadores.

El mestizaje, curiosa aleación de los metales heróicos que se asocian en la sangre de nuestros aborígenes, y en la de los descendientes que llegaron con Colón hasta este otro, hasta aquel otro lado del Atlántico, quizás no sea la raza cósmica descrita en su fascinante retórica por el maestro José Vasconcelos, pero sí es, con seguridad, y sin reservas, la fusión de dos culturas, o si se quiere, de dos civilizaciones.

Los recién llegados no se mezclan, sino que se funden con los naturales, para que el genio de Lope de Vega, de Cervantes, de Góngora, de Alfonso el Sabio, o de San Isidro de Sevilla, resurja con pujanza masónica varios siglos después, en las leyendas épicas del Inca Garcilaso, y en las melodías de Sor Juana Inés de la Cruz.

La piedra de nuestra raza se solidificó apenas en menos de quinientos años, porque esa piedra era más pura que el diamante, que necesita dos veces esa duración para su cristalización milenaria.

En Sevilla, sede del más importante de los certámenes con que será conmemorado el Descubrimiento de América, el Quinto Centenario del Descubrimiento, el Director de la Real Academia Española, el Ilustre intelectual Don Fernando Lázaro Carreter, ha dicho que la mayor fuerza entre España y los países americanos es la unidad, que no la conformidad, o no la uniformidad, de la lengua que comparten y que los une.

Saludo con júbilo esas palabras ilusionadas e iluminadoras.

La República Dominicana también propuso en la Cumbre de México que se diera el cuidado y atención al español; que para Iberoamérica, el español era importante, porque si Iberoamérica existe, existe principalmente por el idioma en que nos comunicamos, que los idiomas son también seres mortales. El latín, que compartió con el griego durante varios siglos la cultura clásica, desapareció casi conjuntamente con el Imperio Romano.

La popularidad y el prestigio de un dominio crecen o disminuyen según crezca o disminuya el poderío político, económico, militar, etc..., de las naciones que lo profesen como su lengua nativa.

El crecimiento de los Estados Unidos, y la influencia que ese país ejerce sobre el mundo, han dado lugar a que el inglés se convierta en el instrumento de expresión favorito, no sólo en la ciencia, sino aún, cuando ello es posible, en la creación literaria.

Urge, pues, que Iberoamérica comprenda que Iberoamérica no es sólo carne, economía, sino también espíritu, cultura. Urge, por consiguiente, que se adopten medidas para la conservación y la mayor pureza posible del idioma español, del idioma en que se ha escrito el mejor libro del mundo, después de la Biblia, el Quijote, para que el español sea, como debe ser, una de las lenguas más dignas de recoger el pensamiento de los hombres, cuantas veces el pensamiento de los hombres se eleve hasta Dios, con la esperanza de que su voz sea oída en los cielos inmortales.

Muchas gracias.

Tuesday, November 20, 2007

President George Washington, inaugural address, April 30, 1789


Fellow-Citizens of the Senate and of the House of Representatives:

AMONG the vicissitudes incident to life no event could have filled me with greater anxieties than that of which the notification was transmitted by your order, and received on the 14th day of the present month. On the one hand, I was summoned by my country, whose voice I can never hear but with veneration and love, from a retreat which I had chosen with the fondest predilection, and, in my flattering hopes, with an immutable decision, as the asylum of my declining years—a retreat which was rendered every day more necessary as well as more dear to me by the addition of habit to inclination, and of frequent interruptions in my health to the gradual waste committed on it by time. On the other hand, the magnitude and difficulty of the trust to which the voice of my country called me, being sufficient to awaken in the wisest and most experienced of her citizens a distrustful scrutiny into his qualifications, could not but overwhelm with despondence one who (inheriting inferior endowments from nature and unpracticed in the duties of civil administration) ought to be peculiarly conscious of his own deficiencies. In this conflict of emotions all I dare aver is that it has been my faithful study to collect my duty from a just appreciation of every circumstance by which it might be affected. All I dare hope is that if, in executing this task, I have been too much swayed by a grateful remembrance of former instances, or by an affectionate sensibility to this transcendent proof of the confidence of my fellow-citizens, and have thence too little consulted my incapacity as well as disinclination for the weighty and untried cares before me, my error will be palliated by the motives which mislead me, and its consequences be judged by my country with some share of the partiality in which they originated. 1
Such being the impressions under which I have, in obedience to the public summons, repaired to the present station, it would be peculiarly improper to omit in this first official act my fervent supplications to that Almighty Being who rules over the universe, who presides in the councils of nations, and whose providential aids can supply every human defect, that His benediction may consecrate to the liberties and happiness of the people of the United States a Government instituted by themselves for these essential purposes, and may enable every instrument employed in its administration to execute with success the functions allotted to his charge. In tendering this homage to the Great Author of every public and private good, I assure myself that it expresses your sentiments not less than my own, nor those of my fellow-citizens at large less than either. No people can be bound to acknowledge and adore the Invisible Hand which conducts the affairs of men more than those of the United States. Every step by which they have advanced to the character of an independent nation seems to have been distinguished by some token of providential agency; and in the important revolution just accomplished in the system of their united government the tranquil deliberations and voluntary consent of so many distinct communities from which the event has resulted can not be compared with the means by which most governments have been established without some return of pious gratitude, along with an humble anticipation of the future blessings which the past seem to presage. These reflections, arising out of the present crisis, have forced themselves too strongly on my mind to be suppressed. You will join with me, I trust, in thinking that there are none under the influence of which the proceedings of a new and free government can more auspiciously commence. 2
By the article establishing the executive department it is made the duty of the President "to recommend to your consideration such measures as he shall judge necessary and expedient." The circumstances under which I now meet you will acquit me from entering into that subject further than to refer to the great constitutional charter under which you are assembled, and which, in defining your powers, designates the objects to which your attention is to be given. It will be more consistent with those circumstances, and far more congenial with the feelings which actuate me, to substitute, in place of a recommendation of particular measures, the tribute that is due to the talents, the rectitude, and the patriotism which adorn the characters selected to devise and adopt them. In these honorable qualifications I behold the surest pledges that as on one side no local prejudices or attachments, no separate views nor party animosities, will misdirect the comprehensive and equal eye which ought to watch over this great assemblage of communities and interests, so, on another, that the foundation of our national policy will be laid in the pure and immutable principles of private morality, and the preeminence of free government be exemplified by all the attributes which can win the affections of its citizens and command the respect of the world. I dwell on this prospect with every satisfaction which an ardent love for my country can inspire, since there is no truth more thoroughly established than that there exists in the economy and course of nature an indissoluble union between virtue and happiness; between duty and advantage; between the genuine maxims of an honest and magnanimous policy and the solid rewards of public prosperity and felicity; since we ought to be no less persuaded that the propitious smiles of Heaven can never be expected on a nation that disregards the eternal rules of order and right which Heaven itself has ordained; and since the preservation of the sacred fire of liberty and the destiny of the republican model of government are justly considered, perhaps, as deeply, as finally, staked on the experiment entrusted to the hands of the American people. 3
Besides the ordinary objects submitted to your care, it will remain with your judgment to decide how far an exercise of the occasional power delegated by the fifth article of the Constitution is rendered expedient at the present juncture by the nature of objections which have been urged against the system, or by the degree of inquietude which has given birth to them. Instead of undertaking particular recommendations on this subject, in which I could be guided by no lights derived from official opportunities, I shall again give way to my entire confidence in your discernment and pursuit of the public good; for I assure myself that whilst you carefully avoid every alteration which might endanger the benefits of an united and effective government, or which ought to await the future lessons of experience, a reverence for the characteristic rights of freemen and a regard for the public harmony will sufficiently influence your deliberations on the question how far the former can be impregnably fortified or the latter be safely and advantageously promoted. 4
To the foregoing observations I have one to add, which will be most properly addressed to the House of Representatives. It concerns myself, and will therefore be as brief as possible. When I was first honored with a call into the service of my country, then on the eve of an arduous struggle for its liberties, the light in which I contemplated my duty required that I should renounce every pecuniary compensation. From this resolution I have in no instance departed; and being still under the impressions which produced it, I must decline as inapplicable to myself any share in the personal emoluments which may be indispensably included in a permanent provision for the executive department, and must accordingly pray that the pecuniary estimates for the station in which I am placed may during my continuance in it be limited to such actual expenditures as the public good may be thought to require. 5
Having thus imparted to you my sentiments as they have been awakened by the occasion which brings us together, I shall take my present leave; but not without resorting once more to the benign Parent of the Human Race in humble supplication that, since He has been pleased to favor the American people with opportunities for deliberating in perfect tranquillity, and dispositions for deciding with unparalleled unanimity on a form of government for the security of their union and the advancement of their happiness, so His divine blessing may be equally conspicuous in the enlarged views, the temperate consultations, and the wise measures on which the success of this Government must depend.

William Jefferson Clinton, inaugural address as President of the United States of America, January 20, 1993


My fellow citizens, today we celebrate the mystery of American renewal.
This ceremony is held in the depth of winter. But, by the words we speak and the faces we show the world, we force the spring. A spring reborn in the world's oldest democracy, that brings forth the vision and courage to reinvent America.

When our founders boldly declared America's independence to the world and our purposes to the Almighty, they knew that America, to endure, would have to change.

Not change for change's sake, but change to preserve American's ideals -- life, liberty, the pursuit of happiness. Though we march to the music of our time, our mission is timeless. Each generation of Americans must define what it means to be an American.

On behalf of our nation, I salute my predecessor, President Bush, for his half-century of service to America.

And I thank the millions of men and women whose steadfastness and sacrifice triumphed over depression, fascism and communism.

Today, a generation raised in the shadows of the Cold War assumes new responsibilities in a world warmed by the sunshine of freedom but threatened by still ancient hatreds and new plagues.

Raised in unrivaled prosperity, we inherit an economy that is still the world's strongest, but is weakened by business failures, stagnant wages, increasing inequality, and deep divisions.

When George Washington first took the oath I have just sworn to uphold, news traveled slowly. Now, the sights and sounds of this ceremony are broadcast instantaneously to billions around the world.

Communications and commerce are global; technology is almost magical; and ambition for a better life is almost universal. We earn our livelihood in peaceful competition with people all across the Earth.

Profound and powerful forces are shaking and remaking our world, and the urgent question of our time is whether we can make change our friend and not our enemy.

This new world has enriched the lives of millions of Americans who are able to compete and win in it. But when people are working harder for less; when others cannot work at all; when the cost of health care devastates families and threatens to bankrupt enterprises, great and small; when fear of crime robs law-abiding citizens of their freeedom; and when millions of poor children cannot even imagine the lives we are calling them to lead -- we have not made change our friend.

We know we have to face hard truths and take strong steps. But we have not done so. Instead, we have drifted, and that drifting has eroded our resources, fractured our economy, and shaken our confidence.

Though our challenges are fearsome, so are our strengths. And Americans have ever been a restless, questing, hopeful people. We must bring to our task today the vision and the will of those who came before us.

From our Revolution, Civil War, to the Great Depression, to the Civil Rights Movement, our people have mustered the determination to construct from crises the pillars of our history.

Thomas Jefferson believed that to preserve the very foundations of our nation, we would need dramatic change from time to time. Well, my fellow citizens, this is our time. Let us embarce it.

Our democracy must not only be the envy of the world but the engine of our own renewal. There is nothing wrong with America that cannot be fixed by what is right with America.

And so today, we pledge an end to the era of deadlock and drift -- a new season of American renewal has begun.

To renew America, we must be bold.

We must do what no generation has had to do before. We must invest more in our own people, in their jobs, in their future, and at the same time cut our massive debt. We must do so in a world in which we must compete for every opportunity.

It will not be easy; it will require sacrifice. But it can be done, and done fairly, not choosing the sacrifice for it's own sake, but for our own sake, but for our own sake. We must provide for our nation the way a family provides for it's children.

Our founders saw themselves in the light of posterity. We can do no less. Anyone who has ever watched a child's eyes wander into sleep knows what posterity is. Posterity is the world to come -- the world for whom we hold our ideals, from whom we have borrowed our planet, and to whom we bear sacred responsibility.

We must do what America does best; offer more opportunity to all and demand more responsibility of all.

It is time to break the bad habit of expecting something for nothing, from our government or from each other. Let us all take more responsibility, not only for ourselves and for our families but for our communities and for our country.

To renew America, we must revitalize our democracy.

This beautiful capital, like every capital since the dawn of civilization, is often a place of intrigue and calculation. Powerful people maneuver for position and worry endlessly about who is in and who is out, who is up and who is down, forgetting those whose toil and sweat sends us here and pays our way.

Americans deserve better, and in this city today, there are people who want to do better. Let us resolve to reform our politics, so that power and privilege no longer shout down the voice of the people. Let us put aside personal advantage so that we can feel the pain and see the promise of America.

Let us resolve to make our government a place for what Franklin Roosevelt called "bold, persistent experimentation", a government of our tomorrows, not our yesterdays. Let us give this capital back to the people to whom it belongs.

To renew America, we must meet challenges abroad as well as at home. There is no longer division between what is foreign and domestic. The world economy, environment, the world AIDS crisis, the world arms race -- they affect us all.

Today, as an old order passes, the new world is more free but less stable. Communism's collapse has called forth old animosities and new dangers. Clearly, America must continue to lead the world we did so much to make.

While America rebuilds at home, we will not shrink from the challenges, nor fail to seize the opportunities, of this new world. Together with our friends and allies, we will work to shape change, lest it engulf us.

When our vital interests are challenged, or the will and conscience of the international community defied, we will act -- with peaceful diplomacy whenever possible, with force when necessary. The brave Americans serving our nation today in the Persian Gulf, in Somalia, and wherever else they stand are testament to our resolve.

But our greatest strength is the power of our ideas, which are still new in many lands. Across the world, we see them embraced -- and we rejoice. Our hopes, our hearts, our hands, are with those on every continent who are building democracy and freedom. Their cause is America's cause.

The American people have summoned the change we celebrate today. You have raised your voices in an unmistakable chorus. You have cast your votes in historic numbers. You have changed the face of Congress, the Presidency, the political process itself. Yes, you, my fellow Americans, have forced the spring. Now, we must do the work that the season demands.

To that work I now trun, with the authority of my office. I ask the Congress to join with me. But no President, no Congress, no government, can undertake this mission alone. My fellow Americans, you, too, must play your part. I challenge a new generation of young Americans to a season of service -- to act on your idealism by helping troubled children, keeping company with those in need, and reconnecting our torn communities. There is so much to be done, enough for millions of others who are young in spirit to give of themselves in service, too.

In serving, we recognize a simple but powerful truth -- we need each other. And we must care for one another. Today, we do more than celebrate America; we rededicate ourselves to the idea of America.

An idea born in Revolution and renewed through two centuries of challenge. An idea. An idea tempered by the knowledge that, but for fate, we -- the fortunate and the unforunate -- might have been each other. An idea enobled by the faith that our nation can summon from it's myriad diversity the deepest measure of measure of unity. An idea infused with the conviction that America's long heroic journey must go forever upward.

And so, my fellow Americans, at the edge of the 21st Century, let us begin with energy and hope, with faith and discipline, and let us work until the work is done. The scripture says, "And let us not be weary in well-doing , for in due season, we shall reap, if we faint not."

From this joyful mountaintop of celebration, we hear a call to service in the valley. We have heard the trumpets. We have changed the guard. And now, each in our own way, and with God's help, we must answer the call.

Thank you and God bless you all.

President George W Bush, Sworn-In to Second Term, 20 January 2005

Vice President Cheney, Mr. Chief Justice, President Carter, President Bush, President Clinton, reverend clergy, distinguished guests, fellow citizens:

On this day, prescribed by law and marked by ceremony, we celebrate the durable wisdom of our Constitution, and recall the deep commitments that unite our country. I am grateful for the honor of this hour, mindful of the consequential times in which we live, and determined to fulfill the oath that I have sworn and you have witnessed.

At this second gathering, our duties are defined not by the words I use, but by the history we have seen together. For a half century, America defended our own freedom by standing watch on distant borders. After the shipwreck of communism came years of relative quiet, years of repose, years of sabbatical - and then there came a day of fire.

We have seen our vulnerability - and we have seen its deepest source. For as long as whole regions of the world simmer in resentment and tyranny - prone to ideologies that feed hatred and excuse murder - violence will gather, and multiply in destructive power, and cross the most defended borders, and raise a mortal threat. There is only one force of history that can break the reign of hatred and resentment, and expose the pretensions of tyrants, and reward the hopes of the decent and tolerant, and that is the force of human freedom.

We are led, by events and common sense, to one conclusion: The survival of liberty in our land increasingly depends on the success of liberty in other lands. The best hope for peace in our world is the expansion of freedom in all the world.

America's vital interests and our deepest beliefs are now one. From the day of our Founding, we have proclaimed that every man and woman on this earth has rights, and dignity, and matchless value, because they bear the image of the Maker of Heaven and earth. Across the generations we have proclaimed the imperative of self-government, because no one is fit to be a master, and no one deserves to be a slave. Advancing these ideals is the mission that created our Nation. It is the honorable achievement of our fathers. Now it is the urgent requirement of our nation's security, and the calling of our time.

So it is the policy of the United States to seek and support the growth of democratic movements and institutions in every nation and culture, with the ultimate goal of ending tyranny in our world.

This is not primarily the task of arms, though we will defend ourselves and our friends by force of arms when necessary. Freedom, by its nature, must be chosen, and defended by citizens, and sustained by the rule of law and the protection of minorities. And when the soul of a nation finally speaks, the institutions that arise may reflect customs and traditions very different from our own. America will not impose our own style of government on the unwilling. Our goal instead is to help others find their own voice, attain their own freedom, and make their own way.

The great objective of ending tyranny is the concentrated work of generations. The difficulty of the task is no excuse for avoiding it. America's influence is not unlimited, but fortunately for the oppressed, America's influence is considerable, and we will use it confidently in freedom's cause.

My most solemn duty is to protect this nation and its people against further attacks and emerging threats. Some have unwisely chosen to test America's resolve, and have found it firm.

We will persistently clarify the choice before every ruler and every nation: The moral choice between oppression, which is always wrong, and freedom, which is eternally right. America will not pretend that jailed dissidents prefer their chains, or that women welcome humiliation and servitude, or that any human being aspires to live at the mercy of bullies.

We will encourage reform in other governments by making clear that success in our relations will require the decent treatment of their own people. America's belief in human dignity will guide our policies, yet rights must be more than the grudging concessions of dictators; they are secured by free dissent and the participation of the governed. In the long run, there is no justice without freedom, and there can be no human rights without human liberty.

Some, I know, have questioned the global appeal of liberty - though this time in history, four decades defined by the swiftest advance of freedom ever seen, is an odd time for doubt. Americans, of all people, should never be surprised by the power of our ideals. Eventually, the call of freedom comes to every mind and every soul. We do not accept the existence of permanent tyranny because we do not accept the possibility of permanent slavery. Liberty will come to those who love it.

Today, America speaks anew to the peoples of the world:

All who live in tyranny and hopelessness can know: the United States will not ignore your oppression, or excuse your oppressors. When you stand for your liberty, we will stand with you.

Democratic reformers facing repression, prison, or exile can know: America sees you for who you are: the future leaders of your free country.

The rulers of outlaw regimes can know that we still believe as Abraham Lincoln did: "Those who deny freedom to others deserve it not for themselves; and, under the rule of a just God, cannot long retain it."

The leaders of governments with long habits of control need to know: To serve your people you must learn to trust them. Start on this journey of progress and justice, and America will walk at your side.

And all the allies of the United States can know: we honor your friendship, we rely on your counsel, and we depend on your help. Division among free nations is a primary goal of freedom's enemies. The concerted effort of free nations to promote democracy is a prelude to our enemies' defeat.

Today, I also speak anew to my fellow citizens:

From all of you, I have asked patience in the hard task of securing America, which you have granted in good measure. Our country has accepted obligations that are difficult to fulfill, and would be dishonorable to abandon. Yet because we have acted in the great liberating tradition of this nation, tens of millions have achieved their freedom. And as hope kindles hope, millions more will find it. By our efforts, we have lit a fire as well - a fire in the minds of men. It warms those who feel its power, it burns those who fight its progress, and one day this untamed fire of freedom will reach the darkest corners of our world.

A few Americans have accepted the hardest duties in this cause - in the quiet work of intelligence and diplomacy ... the idealistic work of helping raise up free governments ... the dangerous and necessary work of fighting our enemies. Some have shown their devotion to our country in deaths that honored their whole lives - and we will always honor their names and their sacrifice.

All Americans have witnessed this idealism, and some for the first time. I ask our youngest citizens to believe the evidence of your eyes. You have seen duty and allegiance in the determined faces of our soldiers. You have seen that life is fragile, and evil is real, and courage triumphs. Make the choice to serve in a cause larger than your wants, larger than yourself - and in your days you will add not just to the wealth of our country, but to its character.

America has need of idealism and courage, because we have essential work at home - the unfinished work of American freedom. In a world moving toward liberty, we are determined to show the meaning and promise of liberty.

In America's ideal of freedom, citizens find the dignity and security of economic independence, instead of laboring on the edge of subsistence. This is the broader definition of liberty that motivated the Homestead Act, the Social Security Act, and the G.I. Bill of Rights. And now we will extend this vision by reforming great institutions to serve the needs of our time. To give every American a stake in the promise and future of our country, we will bring the highest standards to our schools, and build an ownership society. We will widen the ownership of homes and businesses, retirement savings and health insurance - preparing our people for the challenges of life in a free society. By making every citizen an agent of his or her own destiny, we will give our fellow Americans greater freedom from want and fear, and make our society more prosperous and just and equal.

In America's ideal of freedom, the public interest depends on private character - on integrity, and tolerance toward others, and the rule of conscience in our own lives. Self-government relies, in the end, on the governing of the self. That edifice of character is built in families, supported by communities with standards, and sustained in our national life by the truths of Sinai, the Sermon on the Mount, the words of the Koran, and the varied faiths of our people. Americans move forward in every generation by reaffirming all that is good and true that came before - ideals of justice and conduct that are the same yesterday, today, and forever.

In America's ideal of freedom, the exercise of rights is ennobled by service, and mercy, and a heart for the weak. Liberty for all does not mean independence from one another. Our nation relies on men and women who look after a neighbor and surround the lost with love. Americans, at our best, value the life we see in one another, and must always remember that even the unwanted have worth. And our country must abandon all the habits of racism, because we cannot carry the message of freedom and the baggage of bigotry at the same time.

From the perspective of a single day, including this day of dedication, the issues and questions before our country are many. From the viewpoint of centuries, the questions that come to us are narrowed and few. Did our generation advance the cause of freedom? And did our character bring credit to that cause?

These questions that judge us also unite us, because Americans of every party and background, Americans by choice and by birth, are bound to one another in the cause of freedom. We have known divisions, which must be healed to move forward in great purposes - and I will strive in good faith to heal them. Yet those divisions do not define America. We felt the unity and fellowship of our nation when freedom came under attack, and our response came like a single hand over a single heart. And we can feel that same unity and pride whenever America acts for good, and the victims of disaster are given hope, and the unjust encounter justice, and the captives are set free.

We go forward with complete confidence in the eventual triumph of freedom. Not because history runs on the wheels of inevitability; it is human choices that move events. Not because we consider ourselves a chosen nation; God moves and chooses as He wills. We have confidence because freedom is the permanent hope of mankind, the hunger in dark places, the longing of the soul. When our Founders declared a new order of the ages; when soldiers died in wave upon wave for a union based on liberty; when citizens marched in peaceful outrage under the banner "Freedom Now" - they were acting on an ancient hope that is meant to be fulfilled. History has an ebb and flow of justice, but history also has a visible direction, set by liberty and the Author of Liberty.

When the Declaration of Independence was first read in public and the Liberty Bell was sounded in celebration, a witness said, "It rang as if it meant something." In our time it means something still. America, in this young century, proclaims liberty throughout all the world, and to all the inhabitants thereof. Renewed in our strength - tested, but not weary - we are ready for the greatest achievements in the history of freedom.

May God bless you, and may He watch over the United States of America.